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Letras Konplizeak |
1. dena bukatzean
(cuando todo se termine) (Xabier Lete) Cuando todo se termine y el pasado sea una vieja película en blanco y negro que nos cuenta una emocionante historia de amor, te esperaré en la estación del metro seré Humphrey Bogart para ti. El viernes por la noche me cogerás del brazo otra vez con aquel gesto concreto, ya olvidado, que tú sabes, el deseo, ese grito sin palabras, tres gangsters tras nosotros en la calle. Huyendo entre risas llegaremos a tu casa beberemos un whisky aún vestidos y antes de escuchar los tiros Janis Joplin comenzará a cantar. Al gritar mientras el río desemboca en el mar dirás unas palabras irónicas, yo entonces miraré por la ventana y te responderé: “me estoy haciendo viejo”. Al volver a recordar no habrá amargura en los retratos de antaño, nuestro cabello más blanco quizás mientras fuera comienza a nevar. 2. liskar suharra (discusión apasionada) (Inazio Mujika) Sentí el golpe justo en el momento que me incorporaba a la autopista. Venía a gran velocidad y yo no lo vi. Me levanté de mi asiento ensangrentado y me fui sin dilación hacia el conductor que así me había atacado. Discutimos apasionadamente, mediaron palabras altisonantes. Asumí mi parte de culpa por no mirar, pero es que no se puede circular a esas velocidades, le dije. Habríamos llegado a las manos si el conductor no me hubiera dicho: “¿Pero nosotros no estamos muertos?”. Miré hacia abajo, y vi, efectivamente, dos coches destrozados, tenían un chofer cada uno con la cabeza torcida de forma extraña hacia la izquierda. 3. ertz maitea (amada orilla) (Iñaki Irazu) Vivo en la orilla de tu voz siempre atento a lo que dices, a escuchar la nueva que pudieses traer. Y si me alejo, apartándome de ella se apaga la luz de las cosas y no sé qué hacer con el silencio. Y entonces vuelve a mi recuerdo, la amada orilla y mis pasos se vierten en el camino que conduce hacia ti. 4. norbere akaberari buruzko mintzaldia (discurso sobre el final de cada cual) (Joseba Sarrionaindía) ¿Es verdad que cuando la caricia de la muerte me entierre, la vida continuará casi igual en este mundo? ¿es cierto que al día siguiente de mi muerte el sol seguirá aún iluminando?, ¿y el tren, como de costumbre, parará cinco minutos en la estación? ¿y las olas que ahora rompen en esta costa, seguirán llegando sin cesar al mismo destino? ¿y ese cangrejo que se acerca a mi muslo, llegará mañana hasta algún otro, a tientas y tambaleándose? Y no llevaré conmigo ni el sol, ni el tren, ni el cangrejo, sólo yo caeré en el agujero, y el mundo en general no me echará en falta, no más que al ánade que cruza ahora el horizonte. Después de eso ya no me perteneceré a mi mismo. ¿No diré entonces, como de niño: “no quiero, no quiero”? 5. irene (Leire Bilbao) El atardecer cuelga en el tendedero junto a la ropa mojada. Irene habla de su vida como de agua pasada. El miedo está en sus pupilas. A Irene no le duele el mal ajeno. Vuelve a casa con las bolsas llenas. Un paquete de café y dos manzanas. Mientras cambia su muda a la mañana, guarda las penas en lugar seguro, se le quema el café mirando las calles cansadas. La amargura no cede su lugar en las horas que caen como granizo. A Irene no le duele… En las tardes que pasa junto al televisor su resuello le dice que ya no la consuela el dolor ajeno, que hay gente que como ella habla de su vida como de agua pasada. 6. antxillesko arkupean (en el porche de antxilles) (Jabier Muguruza) Y estaba yo allí, solo, en el porche de Antxilles, recordando a mi padre también ese día como todos los días desde que falleció, de aquella forma tan repentina, tan dura para nosotros, por inesperada y por quererlo tanto. Y lo recordaba en el trinquete un día cualquiera de aquellos veinticuatro años compartidos, de jugar a pelota, en la cancha, peleando como él y pocos sabían. Luego, en la ducha enjabonándose con sus movimientos delicados, aquella combinación mágica de fuerza y ternura. Entonces, inmerso en el recuerdo, intenté comunicarme con él, decirle algunas cosas pendientes, por encima de todo, cuanto lo añoro, cuanto siento su falta inmensa desde que se fue de nosotros; pero él estaba como ausente, realmente lejano, en otro espacio. Y de repente rompí a llorar, pero como hacía mucho que no lloraba, como lo hace un niño abandonado. 7. berritzea, horixe (lo que yo buscaba) (Iñaki Irazu) Hoy a la mañana no me he atrevido a ponerme el jersey viejo y luego en la calle he andado de frío de un lado para otro hasta entrar en una tienda a comprar uno nuevo. Cuando a la tarde he vuelto a casa y he visto que me sonreías como hace tiempo nada más verme cogida por sorpresa he podido saber que había acertado: Era eso lo que yo buscaba de una forma u otra: hacerme nuevo ante ti. 8. de vita beata (Angel Erro) El de ayer sí que fue un buen día. Me levanté tarde, tomé una ducha sin preocuparme por la ventana abierta, bajo la espuma sentí antiguo, mi cuerpo joven, por fuerza hermoso. Me dirigí a mis quehaceres, volví reventado. Tumbado en el sofá escuché algún disco de Iñigo y baje a tomar algo con los colegas. ¡Cuántas risas a costa del mundo! Después de cenar, revisé algunos viejos poemas. Escribí una carta larga e inútil. Pensé, al acostarme, que era feliz. Y acaso lo fui. Pero eso fue ayer, y hoy, hoy ya no puedo comprobarlo. 9. no quedan tantas tardes (Covadonga de Silva) No quedan tantas tardes como ésta en la que me acompaño ferozmente, la soledad, que es para otros angustia, para mí no es más que otra forma de verme. Yo sé que no se entiende fácilmente esta costumbre de apartarme tanto, no sólo me interesan las personas también hay otras cosas en el mundo; sus posos en los libros y canciones, beberlos poco a poco, se vuelve ancha la vida de esta forma. Seguir con la mirada la pista de la luz que cruza la ventana, las sombras que se crean en la casa. Los ruidos que construyen un momento, el frío que se esconde entre mis dedos, y antes se había escondido entre azulejos. “No quedan muchas tardes como ésta”, me advierten mis amigas, “pronto despertarás de tu embarazo.” No entienden que ya desde que era niña yo hablaba con las tardes de esta forma dejando que mis padres fueran ellos, dejando que dejaran que yo fuera. 10. bake hotsak (esa dichosa puerta) (Iñaki Irazu) Me hablas de paz, y mientras tienes el fregado sin hacer. Me hablas de paz, y mientras me quemas la mejilla con tu aliento. Me hablas de paz, y todavía tienes la cama sin hacer… |
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